Describiéndome en Tiempos Difíciles: Una Reflexión Sobre la Existencia
12/5/20242 min read
La Burbuja de la Soledad
A menudo, nos encontramos atrapados en una burbuja, desplazándonos a través de un mundo que parece ajeno. Esta burbuja representa un estado de aislamiento emocional, donde la realidad externa se convierte en un mero eco distante. Las personas que nos rodean pasan sin notar nuestra existencia, limitadas por sus propias percepciones. Mientras tanto, nosotros seguimos adelante, cada paso marcado por el peso de una piedra invisible que nos impide ver el camino por delante.
El Agujero Interior
En este viaje solitario, sentimos un agujero en el estómago y en el pecho; un vacío que parece imposible de llenar. Este vacío representa nuestros anhelos no satisfechos y las heridas que llevamos dentro. Sin embargo, este dolor es invisible para los demás, creando una sensación de desamparo. No importa cuánto intentemos explicar nuestra situación, la mayoría no puede captar la profundidad de nuestro sufrimiento. Nos encontramos como espectros en un mundo donde el aliento se convierte en una lucha constante y donde las vías de alimentación emocional parecen haber sido desconectadas.
El Tiempo y la Percepción
El tiempo en este estado se detiene. Es un ciclo sin fin donde la noche y el día se fusionan en una penumbra interminable. La percepción de la realidad se vuelve distorsionada; los ruidos, antes familiares, se desvanecen, y la oscuridad parece cerrarse alrededor de nosotros. En este espacio, luchamos por encontrar un sentido de dirección, pero nos vemos abrumados por la gravedad del universo, sintiendo que estamos a la deriva sin un rumbo claro.
La burbuja fría y oscura en la que habitamos se convierte en un refugio donde las fuerzas que alguna vez nos impulsaron se disipan. Esta sensación de impotencia es un recordatorio de que, aunque el mundo avanza a su propio ritmo, nosotros luchamos por encontrar un lugar dentro de él. Sin embargo, es fundamental comprender que, a pesar de nuestra lucha interna, la vida continúa. La búsqueda de la conexión y la comprensión es una tarea ardua, pero no imposible. Requiere valentía para abrirse a los demás y mostrar lo que realmente somos, aunque por dentro nos sintamos vacíos.
En conclusión, describiéndome en tiempos difíciles es reconocer y aceptar la complejidad de nuestra existencia. Es un llamado a la conexión humana, a buscar apoyo y, sobre todo, a ser conscientes de que, incluso en la oscuridad, siempre hay una luz esperando ser descubierta. Nunca olvidemos que la introspección puede ser el primer paso hacia la sanación y que, aunque el mundo no siempre vea nuestro sufrimiento, el simple acto de compartirlo puede liberar parte de esa carga que llevamos dentro.